Cibersexo y ciberamor

 

Fue una tarde como cualquiera. Aburrido entré al chat a ver si había alguien interesante para conversar un poco y matar las horas en esas intrascendentes, pero a veces divertidas salas públicas. Reconozco que mi nick no era precisamente ingenioso y menos inocente, fue lo primero que se me vino a la cabeza condicionado por la música que escuchaba de Aute, así que decidí bautizarme como mojandolo_todo.

Sala iba, sala venía, daba vueltas, sin encontrar nada interesante. Con seguridad mi nick era demasiado evidente como para que alguna persona quisiera entablar una charla sin terminar en una sesión de cibersexo. Lo cierto es que en un momento dado, una tal Eugenia me hizo el comentario de que mi nick era interesante... así que enganchamos y nos pusimos a conversar largamente. 

Se trataba de una señora de 42 años, que estaba al otro lado del mundo y que por las diferencias horarias pasaba su media noche sola intentando lo mismo que yo.. hablar, disipar la soledad, conocer gente virtualmente. Estaba casada, sin ser feliz, madre y emprendedora privada, una españolita (apelativo cariñoso) encantadora. Cruzamos direcciones de msn y quedamos en charlar algún otro momento.

Hablamos varias veces, nos dijimos verdades a medias o medias mentiras, y sin darnos cuenta, empezamos a depender mutuamente de ese espacio de conversación y compañía que nos ofrecíamos a miles de kilómetros de distancia.

Claro, evidentemente, entre dos adultos y que nos habíamos "conocido" lo suficiente como llamarnos "amigos", aunque socialmente eso a veces sea un término vacío, una cosa llevó a la otra... 

Me llamaba cariñosamente guarro y yo le hacía honor a su apelativo con descripciones eróticas y palabras de sexo que ella disfrutaba. Casi casi no había charla que no terminara en una masturbación compartida y distante, se tomaba fotos y me las enviaba para que hiciera lo mío, mientras ella me pedía que le "folle" con mis palabras.... De vez en cuando me confesaba que me quería y que le hacía falta mi compañía, de vez en cuando era recíproco, lo cierto es que pasábamos unas horas muy inquietantes y deliciosas en la mutua cibercompañía...

Solo una experiencia así te muestra cuan poderosa es una palabra bien pronunciada y en el momento oportuno, cuan capaz es de disparar el deseo, la pasión o el amor, o cuan fuerte es la imaginación para colocarte en un escenario irreal, pero vital...

Hace tiempo que no la veo, en noches como esta, quisiera que no estuviera tan lejos... o que su horario no fuera tantas horas más tarde....

  Pierce