Perfil de Estrella

viernes, 22 de octubre de 2010

Calentadoras....

Algunas mujeres, por influjo de nuestro subconsciente, tenemos la insistente tendencia de poner calientes a los hombres en general. Esta obsesión es independiente de que tengamos ganas de ellos, de que nos gusten o no. A algunas mujeres nos encanta ofrecer alegremente el fruto prohibido para luego retirarlo, drásticamente o por medio de escusas.

Debo decir que no es un motivo para sentirnos orgullosas y alimentarlo en exceso suele tener un costo negativo para nuestra salud psicológica.

Resulta casi humillante esa necesidad de sentirnos deseadas. Una enfermiza necesidad de probar nuestro poder erótico femenino. Puede deberse, este hambre, a la endiablada dependencia emocional causada por carencias afectivas antiguas, a una autoestima dañada que busca de continuo la aceptación, unida a la voluptu osidad que nos es inherente.

Sufrimos sumisión especialmente a la imagen masculina, . Somos mujeres inmersas en un sistema patriarcal y la figura arquetípica del hombre se acerca con frecuencia a la de “padre-jefe” al cual tendemos irremisiblemente a agradar para sentirnos protegidas de nuestro miedo. Es un juego, el de la seducción por la seducción, que no sólo nos divierte, nos alegra el alma.

Claro que después, cuando el fruto ha crecido y madurado, el objetivo está cumplido. Conscientes repentinamente de que nos estamos metiendo en camisas de once varas, tratamos de retirarnos a tiempo de este juego que, a veces ya se encendio demasiado.

Ya sabemos que es una actitud moralmente reprochable y que no es justo para esos amables señores que se quedan tan frustrados con la miel a unos milímetros de sus labios. Por lo general son respetuosos con tu decisión final, tragan bilis y se retiran dignamente aunque interiormente echen pestes.

El sector femenino nos tiene especial tirria, cuando somos nosotros las que jugamos a calentar y no ellas, Personalmente, alguna vez he sentido cierto pesar por esos maravillosos caballeros a los que he calentado algo más que la cabeza, y no he tenido el gusto de enfriarla mediante el desahogo sexual.

En alguna ocasión he sentido una vaga lástima por esos hombres a los que he visto hervir, calentados por el fogón de mis palabras, de mis gestos, deseándome con esa fuerza increíblemente atractiva de macho endurecido que resulta sumamente balsámica para mi ego.

Podría pedir perdón, pero es que no me arrepiento ni siquiera un poquito. Y seguramente , cuando pueda.... reincidiré en mi falta.....

6 comentarios:

  1. Felicitaciones Sole, siempre tus razonamientos son bien pegados a la realidad expresados con mucha autenticidad, es verdad que en la vida diaria los hombres nos topamos con las mujeres típicas calentonas, que primero se insinuan, luego nos provocan,y luego se van como si nada, ahí es cuando montamos en cólera y muchas veces buscamos el desquite de lo que nos hicieron pasar o sentir estas mujeres calentonas, en lo personal con la madurez y conocimineto que vas adquiriendo en la vida creo que es mejor evitarlas o tomarlas como un simple juego o diversión para no salir mortificado.

    Saludos

    Jhon

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  2. Jhon.
    solo una reflexion personal.
    se claramente que existen ese tipo de mujeres.
    pero habemos otras que, nos sentimos atraidas por esa coqueteria, ese juego, es parte de la cnquista.
    Pero que, en el momento de dar el paso final, nos llenamos de miedos y pudores...
    Como dije en uno de mis post ultimos... no podemos acostarnos con todos los que quisieramos.......

    asi que, ya en ese punto,tamboien depende de ustedes ayudar a dar ese paso, sin temores ni miedos.

    Gracias por tus opiniones.

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  3. Estoy un 95% de acuerdo con tu nota ... y no 100% solo porque la referencia al sector femenino (antepenúltimo párrafo) no resulta muy clara, aunque ciertamente la entiendo.

    Has puesto la vara de la honestidad bastante alta y eso empuja para arriba todo intento posterior. Veamos si paso.

    El tema es que, aunque suene de perogrullo, también hay hombres que tenemos o podemos tener en algún momento o alguna época y con ciertas mujeres, un comportamiento similar al que has descrito. Es menos frecuente comparado con las féminas? ... probablemente sí, pero existe y creo que no es marginal. Hablando en primera persona, reconozco que el cazador ancestral me aflora de vez en cuando desde los genes más profundos del núcleo cerebral.

    No me pasa siempre y por supuesto tampoco con todas las mujeres con las que me relaciono, pero cuando se juntan ciertas condiciones que parecerían relacionadas con la afinidad neuronal, la química emocional y ciertamente la física corporal, entonces puede haber un comportamiento semejante al del pescador de altura y al del cazador deportivo en tierra.

    En esa situación uno provoca, empuja, sigue y deja pistas, suelta y cobra cordel, acecha, olfatea, se camufla, espera pacientemente, se tensa, libera adictivas adrenalina y endorfinas, en un juego de poderes que culmina normalmente con la "presa" en tu poder ... para luego soltarla y dejarla libre nuevamente!

    Así, uno descubre que la pasión y el placer de vivir pueden estar más en buscar antes que en encontrar, en ir antes que en llegar, en seducir antes que en poseer. Como tú, reconozco que eso puede ser moralmente reprochable e injusto para la otra persona, incluso si ella está haciendo lo mismo como frecuentemente pasa ... pero ese juego de poder es verdaderamente cautivante y alimenta el pequeño gnomo que llevamos dentro!!

    El problema está en que mientras la mayoría de hombres estamos históricamente acostumbrados o acondicionados a toparnos de vez en cuando con "calentadoras" como las que tan bien has descrito y por eso hemos desarrollado sutiles (y no tan sutiles) mecanimos de defensa o mitigación, la mayoría de mujeres están acondicionadas a lo contrario, no tienen o no están activos esos mecanismos y por tanto tienen mayor posiblidad de que un encuentro con un "calentador" les resulte más difícil y doloroso de sobrellevar ... a menos que lo disfruten :-)

    Soy un irredento, tampoco pediré perdón y seguramente también reincidiré en mi falta ... será que nos vemos en alta mar??

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  4. Odio cuando hacen eso... Pero ya no caigo tan fácil...

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  5. hola xavier.. me encanto ver el mismo post desde el punto de vista masculino..Me encanto tu posicion...Nos vemos en alta mar entonces....
    Hola amigo Hugo...caiga... caiga....solo disfrute..no se deje pescar...pesque usted... aprenda de xavier..
    un abrazo..

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  6. Interesante ..... me gusta tu forma de ver la seducción de la mujer . PAOLA

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Gracias por tu visita..
Sole

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